Si ya tienes claro todo lo relacionado con los beneficios que aporta el aceite de oliva a tu salud, ahora es el momento de saber detectar la calidad del aceite de oliva.
En realidad, los trucos para identificar un buen aceite se resumen en conocer la denominación común y genérica, el orden de calidad de cada clase y ver cómo está envasado.
En primer lugar, al comprar, debes fijarte en la etiqueta del producto; ahí es donde encontrarás las primeras pistas para saber si el aceite es de calidad. De esta forma podrás identificar la denominación y la clase de aceite según sea:
- Aceite de oliva virgen extra.
- De oliva virgen.
- De oliva.
- De oliva refinado o de orujo.
Si tu objetivo es encontrar la máxima calidad, tendrás que decantarte por un aceite de oliva virgen extra o virgen. Será un aliciente si además encuentras un aceite de oliva ecologico con estas características.
La extracción y elaboración del aceite virgen extra y virgen se hace de una forma manual-mecánica, para dotarlos de unos parámetros físico-químicos específicos que garantizan la máxima calidad.
En otro rango inferior de calidad puedes encontrar el aceite de oliva y aceite de orujo de oliva. Ambos pueden ser refinados o no.
El tipo de envasado también deja pistas claras sobre su calidad. Así pues, determinados envases están destinados a proteger el aceite de la luz, el aire y la temperatura, factores que influyen en su degradación. Los envases que reúnen mejores condiciones para conservar la calidad son el tetrapack y el de cristal polarizado. Le siguen la lata, el cristal transparente y el plástico.
Con estos trucos, seguro que sabrás tomar la decisión más acertada y elegir el mejor aceite para tu cocina y tu salud.