La agricultura sigue avanzando. Poco a poco, las nuevas tecnologías se están adentrando en ella y están haciendo la vida más fácil a los trabajadores y propietarios. Ellos, de esta manera, van teniendo más seguridad en la producción con la que van a contar al final de cosecha, ya que conocerán más datos para saber, en cada momento que deseen, cómo se encuentran sus campos. Pero no solo se trata de eso, sino que esta introducción también es buena para nosotros, los consumidores, ya que la calidad con la que se obtendrán los alimentos también será mucho mayor e, incluso, puede que el precio oscile menos.
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Y, dentro de la agricultura, el olivar no es ajeno a todos estos avances. Pongamos un ejemplo: si te pones a pensar, seguro que te acuerdas de que, hace no mucho tiempo, la calidad del aceite no era lo prioritario. Se mezclaban frutos de diferentes procedencias, las almazaras no estaban como tocaba, se elevaba mucho la temperatura de las batidoras para obtener más producción? Sin embargo, todo eso ha cambiado. Hoy en día, la calidad es un elemento más de los que se persiguen en los campos y las fábricas y, para ello, los drones van a ser unos pilares básicos.
Esta segunda revolución tecnológica, que se está poniendo en marcha de la mano, entre otros, de estos aparatos voladores, nos está permitiendo conocer de manera muy precisa la situación de los árboles y sus frutos. De esta manera, podrán ser recogidos en el momento oportuno, cuando tienen la mejor calidad, para que el zumo que se extrae al exprimir la aceituna, incluso, mejore todas esas características de la grasa vegetal con mayor consideración de todo el mundo. El aceite más saludable para el consumo y, al mismo tiempo, el que mayor calidad y mejor sabor tiene.
