El olivo es un árbol muy ligado al hombre, ha influenciado la economía de múltiples civilizaciones a lo largo del Mediterráneo durante los últimos 6.000 años, convirtiéndose en un símbolo de nuestras regiones y base de nuestra dieta. Pero todo esto lo ha conseguido mientras su genoma permanecía oculto, lo cual ha cambiado recientemente. Un equipo de investigadores de Madrid y Barcelona ha secuenciado el genoma del olivo al completo; los resultados se han recogido en la revista GigaScience.
Además, se han realizado comparaciones de ADN con otros árboles y obtenido el transcriptoma, genes vitales para entender los procesos de maduración. El siguiente objetivo será descubrir la historia evolutiva del olivo y su proceso de selección que se ha llevado a cabo durante miles de años por diversos pueblos mediterráneos, desembocando en todas las variedades que conocemos actualmente (cerca de 1.000).
Muchas posibilidades
Además del encanto de averiguar más de uno de los árboles que más ha compartido con el ser humano, este descubrimiento podría permitir fortalecer la resistencia a enfermedades que suponen un riesgo para el olivo y otra flora. La verticilosis, causada por un hongo, es una de sus amenazas, y hasta ahora se desconoce un método eficaz contra ella. Otra enfermedad peligrosa es la causada por la bacteria Xilella fastidiosa, conocida como “el ébola del olivo”, y que precisamente se acaba de detectar en nuestro país. La secuenciación del ADN "a la carta", algo que cada día está más avanzado en humanos, podría permitir estudiar qué genes pueden favorecer la resistencia a estos patógenos, y seleccionar los olivos que los contengan, entre otras muchas posibilidades.
Y es que la lucha contra estas enfermedades no solo es una forma de garantizar que un sector vital para nuestro país siga teniendo fuerza: La flora es la base de nuestros ecosistemas, y si peligra ella, peligramos todos.